Tras el visionado de La Serie Divergente: insurgente se confirma la evidencia de que vivimos una época cinéfila diversa donde están proliferando las adaptaciones de sagas literarias para el público adolescente.
Robert Schwentke
es el director que se hace cargo de La Serie Divergente: insurgente,
que es la segunda entrega de la saga, cuya primera parte había rodado Neil Burger. Realmente, el trabajo de ninguno de los dos difiere demasiado del que hiciera el otro. Es decir, no hay una personalidad independiente que imprima Schwentke de forma más profunda que Burger,
así que en este sentido la labor es continuista. La cinta es bastante
similar a la primera, conteniendo menos diálogos profundos y alguna
secuencia más de acción.
Destinada sin ningún afán de esconderlo al público entre adolescente y
juvenil, la serie Divergente se mantiene en la gran pantalla de manera
algo inocua. Su pretensión es trasladar los personajes de las novelas
escritas por Veronica Roth.
Schwentke (director de RED y Plan de vuelo: Desaparecida) pretende
seguir contando la historia de Tris, una joven valiente y aventurera que
nace en un mundo donde sus individuos son clasificados en virtud de
varias características: verdad, erudición, cordialidad, osadía y
abnegación. Quien reúne las cinco es una persona Divergente, con un
destino especial.
En esta segunda parte, la película vuelve a brindar a Shailene Woodley la oportunidad de erigirse en protagonista y heroína juvenil. Al igual que la Katniss Everdeen de Los Juegos del Hambre (allí era Jennifer Lawrence la cara visible) la joven Tris es víctima oprimida en una sociedad con elementos manipuladores contra la que debe enfrentarse.
Aunque se trate de la serie Divergente en realidad el reto es escribir sobre esta saga sin acordarse de Los Juegos del Hambre. Créanme
que será difícil, por no decir imposible. Hay evidentes similitudes con
la saga de las novelas de Suzanne Collins. Ni Shailenne Woodley (Tris
en la saga Divergente) es Jennifer Lawrence ni las novelas de Veronica
Roth son como las de Collins pero es que tampoco hace falta para que al
final se parezcan.
En esta Divergente: insurgente seguimos viendo a Theo James,
Kate Winslet como la villana Jeanine y además se incorporan Naomi Watts y
Octavia Spencer (en dos pequeños papeles, algo decepcionantes). Winslet y Watts están en registros planos y personajes olvidables que no ayudan a mejorar su ya afianzada carrera.
El mayor error de Divergente: insurgente no es otro que el mismo que caracteriza a miles de películas: Cae pronto en el olvido al no aportar un atisbo de originalidad, trascendencia o personalidad.
Pero los fans pueden estar tranquilos. Ya hay asegurada una
continuación de Divergente y de Insurgente; la trilogía se cerrará con
Leal, película que se dividirá a su vez en dos partes como táctica
comercial.
Fuente: IGN
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